Diarios personales con fines corporativos
Octavio Rojas informa sobre la publicación de un artículo el 29 de mayo en El País titulado Diarios Personales con fines corporativos. En este artículo se recoge tanto la parte positiva como la parte negativa de los blogs con fines corporativos. Adolfo Estalella, su autor, lo ilustra con unas declaraciones de Fernando Polo y de Enrique Dans, dos gurús de este movimiento.
Fernando Polo publica en su blog un artículo sobre el tema y afirma "estar convencido de la universalidad del blog como arma corporativa de comunicación". Además, Estalella recoge que Polo opina que en España este fenómeno llegará con retraso "pero seguro que asistiremos al lanzamiento de blogs de ejecutivos de cara a los accionistas".
Enrique Dans también publica un artículo y aporta una opinión basada en una sensatez exquisita ya que expone que ""No se trata de tener o inaugurar un blog corporativo porque "esté de moda", ni porque "la competencia tiene uno". Se trata de "abrir las orejas" a la conversación, de tener interés por participar en ella, aunque a veces por hacerlo te puedan partir la cara. No sólo es tener un blog, es participar en los comentarios, leer otros blogs, seguir la enredadera. Pronto, las compañías tendrán necesariamente que "tener una voz" para ser consideradas dentro del "consumer mindset", del "conjunto de selección"".
Dans recomienda a los altos directivos o responsables de Comunicación de una compañía que amplíen la información del artículo de Adolfo Estalella con The Cluetrain Manifesto. Su balance sobre el momento actual es que "Muchas empresas hoy miran horrorizadas el fenómeno y se debaten entre la imposibilidad de ser algo más transparentes, el miedo a lo que les dirán, y la certeza de que contestar a todos los comentarios les llevaría al colapso". Esto se ve agravado por un gran escepticismo que se traduce en que nadie cree que "leer un post o un hilo de comentarios le pueda proporcionar un conocimiento que le haga de verdad ganar un filo competitivo, una relación privilegiada con sus clientes o analistas".
Dans concluye que en estos momentos las iniciativas existentes en algunas compañías pueden beneficiarse de lo que él denomina el "efecto novedad" pero que cuando ésta pase quien se haya quedado fuera, tendrá que aprender desde cero.
* Artículo de El País en PDF, de Octavio Rojas, en su blog, el martes 31 de mayo de 2005
Fernando Polo publica en su blog un artículo sobre el tema y afirma "estar convencido de la universalidad del blog como arma corporativa de comunicación". Además, Estalella recoge que Polo opina que en España este fenómeno llegará con retraso "pero seguro que asistiremos al lanzamiento de blogs de ejecutivos de cara a los accionistas".
Enrique Dans también publica un artículo y aporta una opinión basada en una sensatez exquisita ya que expone que ""No se trata de tener o inaugurar un blog corporativo porque "esté de moda", ni porque "la competencia tiene uno". Se trata de "abrir las orejas" a la conversación, de tener interés por participar en ella, aunque a veces por hacerlo te puedan partir la cara. No sólo es tener un blog, es participar en los comentarios, leer otros blogs, seguir la enredadera. Pronto, las compañías tendrán necesariamente que "tener una voz" para ser consideradas dentro del "consumer mindset", del "conjunto de selección"".
Dans recomienda a los altos directivos o responsables de Comunicación de una compañía que amplíen la información del artículo de Adolfo Estalella con The Cluetrain Manifesto. Su balance sobre el momento actual es que "Muchas empresas hoy miran horrorizadas el fenómeno y se debaten entre la imposibilidad de ser algo más transparentes, el miedo a lo que les dirán, y la certeza de que contestar a todos los comentarios les llevaría al colapso". Esto se ve agravado por un gran escepticismo que se traduce en que nadie cree que "leer un post o un hilo de comentarios le pueda proporcionar un conocimiento que le haga de verdad ganar un filo competitivo, una relación privilegiada con sus clientes o analistas".
Dans concluye que en estos momentos las iniciativas existentes en algunas compañías pueden beneficiarse de lo que él denomina el "efecto novedad" pero que cuando ésta pase quien se haya quedado fuera, tendrá que aprender desde cero.
* Artículo de El País en PDF, de Octavio Rojas, en su blog, el martes 31 de mayo de 2005